Con apenas 21 años, Svitolina apunta a dar otro salto de calidad en busca de la elite internacional. En 2015, la ucraniana firmó 40 triunfos y dos sobre rivales del selecto lote de las 10 mejores, lugar al que ella aspira a meterse en la próxima temporada.
"Esta fue mi mejor temporada, terminé en el Top 20 y estoy contenta, pero quiero más. Quiero cambiar algunas cosas, no sólo en mi juego, también en la preparación", explicó quien este año consumó su mejor tarea en los Grand Slam, al trepar a cuartos de final en Roland Garros.
Ella cuenta qué aspectos quiere mejorar. "Tengo que trabajar más físicamente para estar más fuerte en todo el año y, por supuesto, planear los torneos de forma más inteligente. Hay algunos pequeños detalles que importan si vas a jugar a un nivel tan alto. Las pequeñas cosas son muy importantes", explicó.
"Voy a estar un par de semanas en Abu Dhabi para completar la pretemporada. La idea es prepararme en pistas como las usadas en el Abierto de Australia, y con calor parecido", contó la ucraniana, una de las cinco integrantes del Top 20 que cuenta con 23 años o menos.
"Hay muchas jugadoras que están subiendo y pienso que todas tienen algo especial en su juego. Es por eso que todo el tiempo hay una pequeña competencia entre nosotras", dijo al ser consultada sobre la rivalidad con esta generación. "Nos mantiene y nos sigue empujando a obtener mejores resultados", remató. Ella, que destaca que se trata de una competencia sana, va por el salto y tiene motivos para confiar en sus condiciones.
Su regularidad le permitió ser la tenista con más partidos de singles jugados en este año, con 79, y ahora toma ritmo en la International Premier Tennis League. Su nuevo reto es codearse con las mejores también en las grandes citas, ya que todavía no pudo llegar más allá de la tercera ronda en los cuatro Majors (tampoco pudo hacerlo en la prueba de dobles).
Dueña de cuatro títulos individuales -cayó en otras ocho finales-, Pliskova tiene como mejores registros en los Grand Slam la tercera rueda en Australia y el US Open, justo en sus canchas preferidas, las duras. Justo en su última cita grande, en Nueva York, sufrió su primera caída en un debut en esa clase de torneos en dos años.
"Llegué bien y eso me generó un poco más de presión. Fue algo nuevo para mí. Tal vez me llegué un poco cansada", admitió la checa, que reside en Monte Carlo.
Ahora, tras la gran hazaña de la jornada final en la Fed Cup, más sus tres victorias sobre Top 10 en 2015, será sin dudas vista de otra manera por sus rivales. "Voy a ser cabeza de serie más alta y eso es diferente. Me estoy acostumbrando de a poco a esto y espero que el próximo año sea distinto, mejor para mí", agregó.
Con un plan de juego moderno, con un muy buen servicio respaldado por potentes golpes de fondo, Pliskova quedó conforme con su último certamen anual, en Zhuhai, en la previa al título en equipo conseguido en Praga. "Estoy muy contenta con la forma en que jugué, logré triunfos importantes pero no pude mantenerlo en la final", expresó.